CIBA empezó en el año 2003 a construir en la zona de Nordelta y alrededores, desde entonces el afianzamiento de la empresa y la Ciudad Pueblo fueron en paralelo: “Empezamos con casas chicas y después edificios. Este lugar ha cambiado mucho, ha crecido de una manera increíble. Cuando abrimos acá, no había nada. Los pocos restaurantes de la Bahía nos preparaban el almuerzo para nosotros. Conocí a esos vecinos del principio, ahora me siento más en una ciudad. Se preveía que iba a crecer… pero creció más de lo que muchos imaginábamos.” comenta Fabián.

El dueño de CIBA expresa que disfruta al contemplar el posicionamiento de la compañía desde sus inicios hasta la actualidad: “es movilizante verla en funcionamiento, haber hecho más de 70 obras en la zona y más de 90 proyectos… también el hecho de que muchos clientes después sean amigos y estemos todos dentro de la misma comunidad. Se siente bien haber sido parte activa del crecimiento de Nordelta y hoy en día tener la comodidad de trabajar en la misma Ciudad Pueblo en la que vivo… es un valor que uno realmente aprecia. Ni hablar de trabajar en un ambiente y en un lugar físico tan lindo desde el punto de vista paisajístico y urbano.”

El estilo que elige el empresario para su propia casa genera curiosidad, puesto que el distintivo de CIBA es barajar distintas opciones de acuerdo a lo que quiera el cliente, sin embargo comparte con Gallaretas un poco sobre sus gustos personales: “Mi casa es contemporánea, pero viví en una casa francesa también. No tengo apego hacia un estilo en particular. Siempre que esté bien hecha, me puede gustar una casa de cualquier estilo. Me importa ver que se haya logrado un buen proyecto.”

Trabajar tantos años en la zona trae sus frutos: “Hace 12 o 13 años les hice una casa en La Isla a un matrimonio joven sin hijos. Más tarde, tuvieron 3, se agrandó la familia y la casa les quedó chica. Se mudaron y ahora les estoy haciendo el proyecto. Al mismo tiempo, me encuentro planteando una reforma a la gente que les compró la casa anterior, que construímos nosotros… pasan cosas locas. También, cuando se genera una relación, uno vuelve a entrar en contacto con la gente, a través de una inversión, por ejemplo. Se generan redes de trabajo, y con clientes amigos. ¿Qué más se puede pedir?” concluye Fabián, disfrutando la cosecha.